El Movimiento Trans
Entre el feminismo y el machismo
De Silvia Ons
Buenos Aires, 2021, Grama, 174 p.
Por María Cristina Oleaga
El libro está dividido en cinco apartados que tienen un denominador común: el enmarcar los temas en el orden de la cultura de hoy, el sistema capitalista y la economía de goce que implica este marco. Sigue, de este modo y puntualmente, la tradición freudolacaniana. Así, cada apartado recorta, con las herramientas del Psicoanálisis, aspectos fundamentales del tema central: lo “trans”, la sexualidad humana y su atravesamiento y modificación a partir del magma cultural de cada época. Ons extrae las consecuencias clínicas de estos cambios en la subjetividad.
La autora recurre, en cada tramo, a la filosofía, la sociología, la literatura, e incluso visita, también siguiendo el hilo de Freud y de Lacan, a los poetas. Así, se asoma a lo “trans” en el posible abanico que esta época abre, desde las acepciones ligadas a los avatares de la sexualidad y el género, hasta abarcar, en sus palabras, su “carácter ubicuo que supera ampliamente el campo sexual para definir una de las aristas de nuestro siglo”; prefijo que “indica sobrepasar un estado original llegando al punto de negarlo absolutamente”.
Un punto que merece un subrayado especial, y con el que acuerdo muy especialmente, es el que concierne a la ley de identidad de género en la infancia. Ons advierte acerca de los peligros de la precipitación respecto de este punto y se apoya para hacerlo en lo que Freud transmite acerca de la metamorfosis de la pubertad así como en los analistas que han escrito sobre el tema a partir de su casuística. Hay un punto que merece especial interés: “(…) que un niño diga que es una niña no lo identifica necesariamente como transexual, es en general la madre quien cristaliza esa identidad”. La consideración de lo lúdico, de su valor creativo e intermediador, aparecería -entonces- borrado por la precipitación de nombrar, definir y cerrar así una identidad. El peso de lo “políticamente correcto” vulnera los derechos del niño “a tener teorías sexuales infantiles, a ser sujeto del inconsciente, a estar inmerso en la complejidad de la vida y sus contingencias, etc.”
Varios casos, en los que la así llamada disforia de género aparece como supuesta “solución” en las demandas de los pacientes, revelan -gracias a la intervención analítica y su puesta en pausa- desarreglos del goce que encuentran así su cauce y su alivio. Ons resalta, asimismo, el modo en que la consideración actual patologiza o normaliza, cuando se prescinde de la consideración del síntoma en su singularidad, elidido en cualquiera de estas opciones.
Las dimensiones de la sexualidad y el género, las consideraciones de los autores que se ocuparon del tema, Butler y Preciado, por ejemplo, se interrogan en profundidad, lo que determina que se encuentren algunas perlas -casi coincidentes con lo que sostiene el Psicoanálisis- y, por otro lado, errores de base que hacen tambalear construcciones de peso, como en el caso de Rita Segato y su atribución de lo original en la violencia del macho. El feminismo que apunta al patriarcado es advertido de su confusión: patriarcado no es machismo. Del mismo modo, la autora desprende la poligamia de su denominación como poliamor, en un interesante recorrido por los eufemismos producidos por el empuje a lo políticamente correcto: “(…) en el caso del poliamor rebaja al amor y le hace perder su dignidad. Borges dice que amamos a una persona por considerarla única, nada más opuesto a lo múltiple”.
Queda mucho por decir acerca de este libro pero sólo voy a tomar una lista de temas o de conceptos, elegidos de entre muchos otros, que resultan indispensables para nuestra clínica hoy:
“(…) un superyó censor que ha perdido su faceta ‘amable’”, en referencia al peligro que entraña el humor a causa de la tiranía de lo políticamente correcto.;
“(…) una nueva hipocresía, ya que en nombre del derecho a gozar, los sujetos no pueden mostrar su desacuerdo.”: “(…) distinguirse o diferenciarse es de suyo discriminatorio. (…) Todo está permitido excepto la singularidad irreductible, (…)”;
Las consecuencias clínicas del ocaso del Nombre del Padre en relación con la culpa, la responsabilidad e incluso con el peso actual de la desvergüenza.
El acercamiento al psicoanálisis luego de sufrir pérdidas que acontecen a partir de prácticas ligadas a una supuesta “libertad”.
El desmadre de la pulsión de muerte en relación con la cultura y la fragilización del amor.
Clara y profunda, la investigación de la autora abre temas que son clave para la clínica y deja planteadas preguntas que resonarán con lo que escuchamos a diario en el consultorio.