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Los cuentos que componen este libro de Leonel Sicardi expresan, como dice la contratapa del volumen, “relatos de honda humanidad (...) situaciones reales o imaginarias – poco importa en definitiva – que revelan diferentes emociones y sentimientos, sobre el amor y el espanto...” Y, en efecto, es así. Estos relatos condensan, en extensiones cortas, distintas sensaciones. Principalmente, la de que algo importante está por suceder, más allá de la – también aparente o real – sencillez de lo cotidiano. Hay una tensión en los textos, que sostiene una lectura interesada e interesante.

La condición de psicoanalista y psicodramatista de Leonel Sicardi también se deja ver en estos cuentos; sin pretensiones academicistas, pero sin ocultar tampoco una identidad desde la cual se habla. Identidad no desprovista de una historia personal y hasta de una dimensión catártica (en textos como “Doloritas” o “Te paso con tu madre”). No hay aquí “neutralidad analítica”, sino implicación subjetiva, lo cual produce – y es quizás lo más relevante – ganas de seguir leyendo.

Otros cuentos, como “Pecados de pensamiento” o “31 de diciembre”, afirman esta impresión. Impresión tanto en el sentido de las sensaciones que evoca, como de la “pintura” interior que muestra. La historia, la subjetividad, y lo transgeneracional, son traídos a través de un lenguaje directo y un contenido que conecta con lo profundo. Cómo las estructuras y emociones profundas están presentes y tienen efectos en la superficie de lo cotidiano es algo que, una vez más, nos recuerda la buena literatura.


 
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