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Autor: Paul Strand. Título: Four old fishermen
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El Psicoanálisis como actividad práctico-poiética [1]
Por Yago Franco
yagofranco@elpsicoanalitico.com.ar

 

Cornelius Castoriadis se aproxima al Psicoanálisis a fines de la década del 50 y principios de la del sesenta del siglo pasado. Lo hace primeramente para elucidar cuestiones referidas a cómo se crean una sociedad y los sujetos que la conforman, en vistas a la elaboración de un proyecto de transformación social. Paulatinamente él mismo irá deviniendo psicoanalista, iniciando su práctica como tal a mediados de la década de los 70, siéndolo hasta su fallecimiento, en diciembre de 1997. Un capítulo esencial de La institución imaginaria de la sociedad – su obra más importante, de 1975 – es una revisión del Psicoanálisis y – sin que el autor se lo haya propuesto – un reposicionamiento del mismo. Pero es, al mismo tiempo, el lugar de presentación de conceptos nuevos, que hacen a dicho reposicionamiento: la imaginación radical, la mónada psíquica, la socialización de la psique, su modo de considerar a la sublimación y a los objetos de la misma, entre otros. Luego, en su texto El psicoanálisis, proyecto y elucidación, profundizará en la cuestión de la práctica analítica.

Pienso que pueden resaltarse las siguientes cuestiones específicamente psicoanalíticas en su obra:

- La relativa a la imaginación radical.
- La desfuncionalización de la psique.
- La irreductibilidad e indisociabilidad de psique y sociedad.
- La socialización de la psique y su estratificación.
- Los desarrollos referidos a la sublimación.
- Su concepción del Psicoanálisis como actividad práctico-poiética.
- Su concepción del sujeto y su crítica del sujeto de la falta y del lugar de ésta en la psique.
- La crítica de la institución psicoanalítica.
- La relación entre Psicoanálisis y Política.
- La relación entre Psicoanálisis y Filosofía.
Su obra se desarrolla principalmente en tres dominios (Psicoanálisis, Filosofía, Política) y muchas veces el pasaje de uno al otro es no sólo inevitable, sino necesario para la elucidación del tema que se está tratando. Es lo que podríamos denominar como la utilización del laberinto como método.

¿Porqué la importancia y pertinencia del pensamiento de Castoriadis para el Psicoanálisis? Nueve respuestas posibles [2]

I. Psicoanálisis, Filosofía, Política. Por el entrelazamiento que realiza del Psicoanálisis, la Filosofía, la Política, entrelazamiento que es consecuencia del recorrido al cual lo empuja su decisión de llevar hasta las últimas consecuencias una reflexión sobre el modo de ser de lo histórico-social, de la psique, y del pensamiento. Este recorrido y este entrelazamiento constituyen la creación de un nuevo modo del pensamiento, una reflexión sobre la subjetividad, y un proyecto para la sociedad.

Es un nuevo modo de pensamiento porque postula la necesidad de edificar una nueva lógica, denominada lógica de los magmas, en la que confluyen, por un lado, la lógica formal y, por el otro, aquella que se desprende de los descubrimientos en Física producidos a lo largo del siglo XX, ligados a la indeterminación, a lo caótico, a lo no lineal, y también el descubrimiento del Inconsciente, su legalidad, su modo de ser.

Es una reflexión sobre la subjetividad porque profundiza en las determinaciones inconscientes e históricosociales, postulando a la subjetividad reflexiva y deliberativa como aquella que puede romper tanto con el cartesianismo como con el estructuralismo: ni un sujeto de la consciencia, ni un puro reflejo de determinaciones inconscientes o históricosociales.

Su pensamiento sobre la sociedad se inscribe en el proyecto de autonomía, incluyendo en éste lo que el Psicoanálisis permite entender sobre el modo de ser de la psique y la sociedad. Castoriadis insistió en los importantes aportes que el Psicoanálisis puede hacer a la política.

II. Un pensamiento contra la insignificancia. Porque su obra es una reacción, una resistencia y una propuesta frente a una época de globalización, de pérdida de proyectos alternativos para la sociedad. En que existe una generalizada ausencia de reflexión sobre los fines de la vida en sociedad y sobre el sujeto - cuya muerte tantas veces decretada éste se obstina en desmentir; época de in-significantes propuestas de pensamiento, que conducen a toda reflexión sobre la Educación, la Justicia, la Economía, el Psicoanálisis, la Política, el sujeto, etc., a una mezcla de reiteraciones, lugares comunes, banalizaciones. Trampa intelectual de y para pensadores que así contribuyen a las depredaciones múltiples producidas por el capitalismo actual: del medio ambiente, de la subjetividad, de la sociedad, de la economía, del pensamiento, etc. Políticos, científicos, filósofos, educadores, psicoanalistas: en buen número, junto con las sociedades a las que pertenecen, son arrastrados por el avance de la insignificancia, al que a su vez contribuyen.

Para Castoriadis, la historia de estos últimos 5 siglos - que coinciden con el surgimiento del capitalismo - puede entenderse como la historia de la lucha entre dos significaciones imaginarias sociales. Por un lado, la significación imaginaria del proyecto de autonomía. Esta es aquella referida a la búsqueda de una sociedad de iguales, centrada en la interrogación de sus instituciones, y que se reconoce creadora de sus propias leyes. Proyecto creado en la Grecia del siglo V AC, que encuentra nuevo impulso en la Revolución Francesa, en la Americana y en la emancipación de las colonias de la América del Sur. A diferencia de lo ocurrido en Atenas, esta vez el proyecto de autonomía busca globalizarse. La obra de Marx y Engels forma parte de este movimiento - no lo inaugura - lo mismo que las luchas del proletariado de fines del siglo XIX y buena parte del siglo XX, la Revolución de los Soviets, la Primavera de Praga, el Mayo Francés, el Cordobazo, el Movimiento de los Sin Tierra, el Movimiento Zapatista de Liberación Nacional, el movimiento antiglobalización, la revuelta de diciembre de 2001 en Argentina, y estos últimos meses las de Egipto, España, Wall Street, Grecia, etc. Nótese que todos estos movimientos implican el surgimiento de mecanismos de democracia directa.

La otra significación, la del capitalismo, propone un dominio absoluto (que denomina racional) de la naturaleza y de la producción, promoviendo el crecimiento ilimitado de las fuerzas productivas, la acumulación, el enriquecimiento, el consumo también ilimitado. Esto lleva a las depredaciones citadas. Si no ha destruido lo existente hasta ahora es porque se le opuso el otro proyecto, que consiguió morigerarlo, a través de las conquistas de los proletarios, las mujeres, los jóvenes, las minorías étnicas, los movimientos pacifistas, ecológicos, etc.

Castoriadis promueve un movimiento de re-institución dentro del proyecto de la autonomía: de la Política, la Filosofía, el Arte, el Psicoanálisis, y la Educación. Dicho proyecto - como fue mencionado - se opone a la significación del capitalismo y a su tarea depredadora, depredación a la que debe agregarse la del campo del sentido.

III. Crítica del “pensamiento heredado”: el elemento imaginario. Por la radical tarea de Castoriadis de desmontaje del pensamiento heredado, determinista, teleológico, anclado en la lógica aristotélica. Va a proponer que la psique, la sociedad, la historia, son productos de la creación humana. Creación ex nihilo - de la nada - pero no en la nada; es decir, no se produce sin condicionantes o determinaciones. Se trata de la creación de lo radicalmente nuevo, de creación de nuevas determinaciones, de aquello que no puede volverse a sus condiciones de origen, que no se encuentra contenido en las mismas, que no existe en potencia. Esto le permite a Castoriadis elaborar un proyecto de autonomía, para la sociedad, la psique, el pensamiento. Porque puede crearse lo radicalmente nuevo, entonces la psique, la historia, la sociedad, el pensamiento, pueden dar lugar a nuevas formas.

Esta crítica del pensamiento heredado es llevada a cabo en su texto fundante, más profundo y que traza las líneas de casi toda su producción posterior: La institución imaginaria de la sociedad, cuya tesis central es la de la existencia del elemento imaginario, sea en la psique - como imaginación radical - o en la sociedad - como imaginario social instituyente. Así la psique, la sociedad y la historia, son producto de la existencia de dicho elemento, denominado imaginario radical, que crea representaciones, afectos y deseos - RADS - en la psique, y significaciones imaginarias sociales - SIS - en el dominio histórico-social. No podrá hablarse a partir de esto de un fin trazado de antemano, sea para la psique o para la sociedad.

III. a. La indeterminación. Ahora bien, es necesario profundizar en la idea de indeterminación que sostiene Castoriadis. Su teorización, referida a la imaginación radical o imaginación creadora, se sostiene en la idea de indeterminación y va de la mano de su modo de pensar el ser. No todo en el ser debe estar determinado, para que lo nuevo pueda emerger. La creación, a su vez, produce nuevas determinaciones.

Veamos:

Las reflexiones de Castoriadis, en lo referido a la indeterminación, se inician en La Institución Imaginaria de la Sociedad, y se relacionan con la crítica del pensamiento heredado. Crítica que él realiza principalmente en lo referido a las leyes de la historia expresadas en el marxismo-hegelianismo, que no permiten plantear la cuestión de la creación. En el lugar de las leyes de la historia y del desarrollo autónomo de las fuerzas de producción o el Espíritu de la historia, Castoriadis ubicará el elemento imaginario. Este produce el magma de significaciones imaginarias sociales que mantienen unida a la sociedad.

A partir de esta idea, puede sostenerse que la sociedad no es producida por leyes de la historia o por el desarrollo de las fuerzas productivas, o que la historia no puede reducirse a ser la historia de la lucha de clases. Así, pasan a ser -la sociedad y la historia-, por un lado, un magma de sentido creado por el imaginario del colectivo (imaginario social instituyente) y, por el otro, deviniendo la historia en la historia de la creación de significaciones imaginarias sociales. Hay así una ruptura que él hace con todo pensamiento teleológico tanto a nivel del sujeto como de la sociedad: no hay fin, no hay un sentido, la historia no tiene un sentido dado de antemano. La experiencia del Psicoanálisis permite ver que la historia es creación y no fatalidad y que puede tener desvíos y modificaciones. Lo que parecían determinaciones inexorables pueden ser relativizadas, la historización irá de la mano de relativizar las determinaciones y crear otras. Esto rompe con la idea de determinación última, palmo a palmo, en el ser. Lo que no implica sostener la inexistencia de la determinación, sino que hay – en lo que es - una dimensión de indeterminación, más notoria cuanto uno más se aleja de las ciencias llamadas duras, y que esta indeterminación es posición de surgimiento de nuevas determinaciones.

Entonces, esta sería una idea central: la crítica de toda idea de determinación última.

Veamos lo que Castoriadis sostiene en un pasaje de La institución imaginaria de la sociedad (curiosamente al final del libro):

“La situación filosófica y científica presente, consecuencia directa de la actividad cognoscitiva de los últimos 75 años, requiere imperiosamente una reflexión acerca del modo de ser y la lógica de la organización de los nuevos objetos que son las partículas elementales y el campo cósmico, la auto organización del ser vivo, el Inconciente o el histórico social todos los cuales y cada uno de manera diferente pero no menos cierta cuestionan radicalmente la lógica y la ontología heredadas” [3]

Cuestiona la determinación, lo que veíamos antes, pero también la idea que hay sobre el ser, la ontología, porque cuando él insista en la idea del ser como caos, abismo, sin fondo, estará hablando de un ser tanto a nivel psiquismo como a nivel de la sociedad, como lugar de surgimiento, en tanto lugar de creación. No está adscribiendo a una ontología que define precisamente lo que las cosas son, en referencia a un ser determinado.

III. b. Lógica y ontología. Quiero rescatar que para Castoriadis la lógica y la ontología heredadas son cuestionadas por la imaginación radical. Lo que es lo mismo que decir por el Psicoanálisis mismo y sus descubrimientos, a partir del modo de ser de la psique que Freud va a describir en La interpretación de los sueños, poniendo Castoriadis especial énfasis en el modo de ser de la representación, creada por la imaginación radical.

Castoriadis sostendrá que si despojamos a la representación de su capa de lógica y de organización conjuntista e identitaria (despojo que se produce en la asociación libre, en el sueño, en los síntomas, en la creación artística, en la transgresión), lo que se desvanece y desestructura es la visión canónica que la sociedad impone, y que es sólo un aspecto de la representación. Es el sentido diurno, común. Entonces,

"Lo que en la cosa parecía pleno y determinado se vuelve de pronto un agujero del ser, enigma indeterminado que se nos escapa por todas partes, fascinación, absorción, significación filosófica, poema, o punto de partida de una cadena interminable de exploraciones científicas no necesariamente concordantes" [4]

“Es lo que la representación pone sobre el tapete, y, para decirlo en términos rigurosos, lleva a la ruina, por un lado, la tesis sobre el ser que sirve de fundamento, de cabo a rabo, a la filosofía greco-occidental – la del ser como determinidad (y sus consecuencias esenciales), como uno y como el mismo, y el mismo para todos … lo que se da en y por la representación considerada en sí misma es reacio a los esquemas lógicos más elementales … mucho más que el orden moral de la sociedad, lo que el psicoanálisis cuestionaba profundamente era su orden lógico y ontológico” [5]

Y en lo referido a la lógica, dirá:

“Si llegara a constituirse una nueva lógica, su relación con la lógica identitaria (que es la lógica aristotélica) no podría pensarse en el marco heredado, pues no se la podría considerar ni simplemente agregada a la lógica identitaria, ni tampoco como una generalización o una superación de ésta. Lo que es, sea en la región que fuere, no puede pensarse como caos desordenado al que la conciencia crítica impusiera y se lo impusiera de manera impulsiva un orden que solo tradujera sus propia legislación o su propia arbitrariedad, ni como conjunto de cosas nítidamente separadas en un mundo perfectamente organizado por si mismo ni como sistema de esencias sea cual fuera su complejidad. Lo que ‘es’ no puede ser caos absolutamente desordenado.” [6]

Puede advertirse aquí – como a lo largo de toda su obra – que no corresponde pensar a Castoriadis como a alguien que pregona un postulado de la indeterminación absoluta. No reniega de la determinación pero la complejiza; es como si dijera que hay dos lógicas o dos cualidades del ser que van juntas todo el tiempo, que no se trata de optar por una o por la otra. La lógica de los magmas no es una lógica de la indeterminación, sino que es una lógica que tendría que cumplir la función de poder mantener esta tensión constante entre lo que es determinado y lo que es indeterminado. Sin excluirse. Insisto en que él cuestiona un modo de pensar las cosas que está presente en el marxismo o en el Psicoanálisis que siempre habla de causas últimas o de un destino ya escrito de antemano.

IV. La instancia de la subjetividad reflexiva y deliberativa. Porque el Psicoanálisis es pensado como praxis. Los fines del análisis ya están implícitos en sus medios: la asociación libre es la liberación de la imaginación radical, separada del Yo por la institución social. A través de un laberíntico recorrido histórico-transferencial y a través de los estratos de la psique, se produce la autoalteración del analizando. Todo análisis debiera llegar a un punto crucial: la mortalidad. Dejar de ser quien se era para devenir otro, alteridad en el ser que implica la muerte de quien se era, destitución del amo narcisista, sea en el Otro, sea en la psique del sujeto. Esta autoalteración es también efecto de la alteración de la relación entre las instancias psíquicas, es decir, de la relación del Yo con los Ideales, con el Superyó, con las pulsiones y deseos que anidan en el Ello. El Yo debe poder tomar contacto - debe poder dejarse alcanzar - con los elementos de las otras instancias de la psique - fantasmas, deseos, pulsiones, etc. - para reflexionar sobre ellos y decidir en la medida de lo posible.

No es ni más ni menos que lo que se produce en la demanda realizada al paciente de que asocie libremente, que libera dichos elementos, sobre los cuales el Yo debe volver. Lo que en realidad ocurre, es que en dicha operación se va produciendo la creación de una nueva instancia de la psique, finalidad del Psicoanálisis. Dicha instancia es una actividad incesante de reflexión sobre los productos de la psique - inclusive sobre el propio Yo, sus defensas, su mundo identificatorio. Castoriadis la denomina subjetividad reflexiva y deliberativa.

Esta emergerá como producto de pensar al Psicoanálisis como actividad práctico-poiética: es actividad por el movimiento incesante de trabajo sobre los productos de la psique, sus formaciones del inconsciente, la asociación libre, el análisis de los sueños, etc. Y es poiética porque es creadora: creadora de elementos nuevos (representaciones, afectos, actos) y de alteraciones al interior del aparato psíquico y de éste con el mundo, destituyendo significaciones imaginarias individuales, e instituyendo nuevas.

V. Reintroducción de lo que fue expulsado del Psicoanálisis. Porque Castoriadis reintroduce en el Psicoanálisis aquello que denuncia que fue expulsado de éste. La sociedad y la historia, la imaginación, el pensamiento. Reintroducir estos temas produce un vuelco decisivo para el Psicoanálisis, para la praxis psicoanalítica y para toda teoría del sujeto.

VI. El inconsciente y el Otro. Alienación y autonomía. Psique y sociedad no pueden separarse: la psique no puede existir sin el sentido aportado por la sociedad, mediante la ruptura y la separación a la que la socialización la somete. Ruptura de un estado monádico originario. Mónada psíquica que es el primer estrato de la psique, y que, si bien queda virtualmente expulsada de ésta, imanta su funcionamiento, ya que empuja a la búsqueda de totalidad y mismidad. Reino de la locura totalitaria-identitaria, en la que Castoriadis ve la fuente psíquica del totalitarismo, el racismo, la xenofobia. La sublimación y el proceso identificatorio son las interfaces entre la psique y la sociedad. La sociedad no puede existir sin la sublimación, la psique no puede sobrevivir sin el sentido ofrecido por la sociedad mediante las SIS. La creación social en cada momento histórico - a través del imaginario social instituyente - de objetos obligados para la sublimación y de modelos identificatorios mediante las SIS, hace al entramado social, al incorporar los sujetos las SIS reproduciendo así un orden social. Pero el imaginario radical liberado cuestiona dichas significaciones, abriendo el tiempo de alteración y creación en lo sociohistórico.

Por lo tanto, la idea de Lacan de que el Inconsciente es el discurso del Otro (Otro que es una creación del colectivo, del imaginario social instituyente), a partir de Castoriadis será redefinida como un momento de alienación estructurante de la psique, (lo que en Piera Aulagnier se denomina como violencia primaria), que descentra al sujeto de su mundo monádico, produciendo un sentido perdido irremediablemente.

Sucesivos momentos de estructuración (correspondientes a la conformación de la psique durante la infancia) si bien implican un movimiento inicialmente de alienación, siempre estarán abiertos a la recomposición que la psique realice a partir de su imaginación radical. Esta, que también se encuentra en el Yo del sujeto, posibilitará una relación con ese Otro que habita al sujeto desde su Inconsciente - pero impregnando toda la psique - , que le permita al sujeto ubicarlo primeramente como un discurso que es de Otro, para luego establecer una relación de autonomía (nunca plena) con éste. Tal es, ni más ni menos, la operación que realiza el Psicoanálisis: una toma de contacto con enunciados, deseos, etc. que habitan la psique del sujeto, y también de producciones propias (fantasmas) que se le han hecho ajenos, y finalmente, una toma de contacto con una historia no vivida como tal. Esta es la base a partir de la cual pensar a la subjetividad reflexiva y deliberativa. Algo que va más allá de un sujeto socializado. Es lo que permite pensar en una posición de autonomía.

Esta posición de Castoriadis tiene profundas consecuencias para el Psicoanálisis, para todo pensamiento sobre la sociedad, la historia y el sujeto, y para todo pensamiento y actividad políticos. Esto es porque – insisto - la alienación nunca podrá ser considerada como absoluta. Es un momento estructurante de la psique (que abarca los primeros años de vida, pero sobre los cuales se montará posteriormente – y esto es fundamental – todo el mundo instituido, mediante el proceso identificatorio), de sometimiento al discurso emitido por el Otro, que funda el Inconsciente, pero con el cual podrá establecerse una relación que no sea exclusivamente de desconocimiento. Esto ubica a Castoriadis en un lugar diferenciado del estructuralismo, de todo pensamiento posmoderno, finalmente, de toda idea de una psique sin sujeto, o que reduzca la cuestión del sujeto al denominado “sujeto del Inconsciente”.

VII. Crítica de la idea de sujeto de la falta. Porque en el origen estará la presencia de un estado monádico, la idea de falta queda subsumida al deseo de recuperación de ese estado. Esta postura permite recuperar la importancia del origen, de lo que está antes del llamado Complejo de Edipo, la importancia del lazo con el objeto asistente. La falta del objeto será entendida por Castoriadis como una contingencia más de éste. Son constituyentes tanto la presencia como la ausencia, no hay un privilegio del objeto perdido. La castración podrá así ser entendida como ligada a la pérdida de la completud (originaria, relativa al estado de reposo del bebé), que querrá ser permanentemente recuperada, tanto por la psique como por la sociedad (es la fuente psíquica del racismo). Esto tiene enormes consecuencias para la práctica, ya que es coherente con el concepto de imaginación radical, de creación. Y crea una ruptura con buena parte del pensamiento filosófico reinante durante y siglo XX y hasta hoy, ruptura que aparece, entre otros y por momentos, en el pensamiento de Gilles Deleuze, pero que en Castoriadis queda ligado a la idea de rescate del sujeto y de la autonomía y la creación.

VIII. Crítica de la institución psicoanalítica. Porque dos modelos de la institución psicoanalítica son denunciados por Castoriadis: el burocrático y el totalitario, que se complementan y que coadyuvan a la miseria del Psicoanálisis, que deviene en un método adaptacionista al negar la dimensión de lo histórico social.

Se opone a toda práctica del análisis ligada a reglas fijas, burocráticas, o de todo-vale, estando puesto el acento en la disolución de la transferencia. El modelo burocrático se basa en el análisis didáctico - fuertemente cuestionado por Castoriadis por producir una sociedad de castas - en el cual el analista no puede ser puesto en cuestión porque afecta todo el dispositivo institucional. En caso de no poder considerarlo como analista o si no realizara adecuadamente su tarea, surgirían las cuestiones de cómo es que habría sido promovido a dicha función, quién lo autorizó, cómo sostener entonces un mecanismo de devenir psicoanalistas basado fundamentalmente en dicho análisis, etc.

Por otra parte, dicho modelo de institución promueve el estudio de técnica psicoanalítica, idea también cuestionada por Castoriadis, para quien no se trata de una técnica, sino de praxis, mientras que tampoco se trata de teoría, sino de elucidación. Sus críticas para el modelo totalitario se centran en que sigue los fines de una repetición perpetua de un dogma, y en la asimilación del dispositivo analítico a la relación maestro-discípulo, pero además impregnada de un lazo de abyección y desprecio.

El primer modelo se compadece con el modo de funcionamiento propuesto desde la IPA, y el segundo a la Escuela Freudiana de París, en su momento disuelta por su fundador, J. Lacan. Hacia éste último realizará la más profunda crítica que jamás se halla realizado sobre él, tanto en lo referido al modo institucional, como a cuestiones puntuales de su teorización. El mismo Castoriadis participó del seminario de Lacan hasta el cisma producido en la Escuela Freudiana de París, referido a la cuestión del pase, hacia 1968, siendo uno de los miembros fundadores del Cuarto Grupo de París, conjuntamente con Piera Aulagnier entre otros. Esta última realizará un minucioso análisis de la forma institucional creada por Lacan, que la llevará a desarrollos por entero originales, retomados por Castoriadis en El psicoanálisis, proyecto y elucidación.

El análisis de las formas del poder en las instituciones psicoanalíticas que surge de dichos textos es de una profundidad y actualidad notables, echando luz, además, sobre cuestiones cruciales de la práctica analítica - como la transferencia-, la teoría, y la formación de analistas. Esto conduce al próximo punto, ya que la propuesta de Castoriadis para las instituciones psicoanalíticas tiene profunda relación con la cuestión de la autonomía, pensada en este caso como colectividad de adultos autónomos y responsables. Implica la recuperación de la capacidad instituyente mediante la liberación de la imaginación radical y el trabajo reflexivo y deliberativo sobre sus productos. Recuperación que se dará a través de distintas prácticas tanto en el sujeto (como expresión de la imaginación radical de la psique) como en las instituciones y la sociedad (como expresión del imaginario social instituyente). Esto lleva a trabajar alrededor de la pregunta de cómo recuperar dicha dimensión instituyente.

IX. Psicoanálisis y proyecto de autonomía. Porque Castoriadis intenta delimitar las fuentes y fines de la autonomía. A nivel individual, social, del pensamiento y del Psicoanálisis. Autonomía en la psique es lo que forma parte del proyecto psicoanalítico, la desalienación - si hay un deseo del analista, es que sus pacientes se desalienen -, instaurando otra relación entre las instancias de la psique.

Donde el Ello era, el Yo debe advenir. Pero también donde el Yo era, el Ello debe hallar un lugar. En el pensamiento, la autonomía se expresa como interrogación ilimitada, apelando a un nuevo modo de la lógica, la lógica de los magmas, que implica establecer una relación no excluyente entre la racionalidad y la imaginación, entre la determinación y la indeterminación. A nivel de la política, su propuesta es de creación de sociedades autónomas, proclamando que el marxismo ha sido sólo un capítulo del proyecto de la autonomía. Autónomas en el sentido de saberse creadoras de su propia ley, para lo cual es necesaria la puesta en acto de la democracia como régimen, eliminando los imaginarios de la delegación y de la representación, y estableciendo a la política como una actividad en la cual los medios no deben estar separados de sus fines, ocupando por lo tanto los mecanismos de democracia directa un papel fundamental.

Volviendo sobre el punto anterior y extendiendo las ideas políticas de Castoriadis: una institución psicoanalítica debe contener mecanismos de democracia directa - acceso por sorteo o elección a instancias directivas, obligatoriedad de pasar por los distintos estamentos de la institución, revocación de mandato, rendición de cuentas, asambleas etc. -, de revisión y análisis permanente de su legalidad, de elucidación de su proyecto como colectivo.

Podríamos retomar una idea de Castoriadis, extendiéndola a la institución: allí donde no había Nadie, debe devenir un Nosotros. Allí donde existe el poder de creación del colectivo, debe advenir el accionar lúcido del mismo, para apropiarse de dicho poder, que si no, se apodera de éste. Tanto como donde el Ello estaba el Yo debe advenir, para apropiarse de su potencia creadora, nunca para sofocarlo o desecarlo. Se trata, en suma, de tener otra relación, sea que se trate del sujeto o del colectivo social, con sus respectivos destinos.

 
 
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Notas y Bibliografía
 

[1] Fragmento de una clase del seminario virtual El Psicoanálisis como actividad práctico poiética: la clínica desde Cornelius Castoriadis.
[2] Este apartado es una extensión del que con el título ¿Por qué Castoriadis? Seis respuestas posibles, aparece en la revista PsicoLibro Club Nro 70, diciembre 2004, editada por Librería Paidós, Buenos Aires. No debe confundirse con “¿Por qué Castoriadis? Psicoanálisis, filosofía y política”, en MAGMA. Cornelius Castoriadis: psicoanálisis, filosofía y política, de Yago Franco, Ed. Biblos, Buenos Aires, 2003.
[3] Castoriadis, Cornelius. La institución imaginaria de la sociedad, Vol. 2, Tusquets, Buenos Aires, 1993. Pág. 283.
[4] Castoriadis, Cornelius. Ob. cit., Pág. 255.
[5] Castoriadis, Cornelius. Ob. cit., Pág. 255.
[6] Castoriadis, Cornelius Ob. cit., Pág., 256.

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