Hace poco más de un año escribí una nota para esta sección Último Momento, que llamé Jóvenes. En ella describía una escena, la de jóvenes expulsados del sistema, presa fácil de cualquiera que pudiera alojarlos, incluso de la peor manera, como la del narcotráfico que los contrata como sicarios y, así, les da pertenencia. Contrastaba esa realidad tan cruda con la del Programa Progresar [1], creado en enero 2014, con lo que podía y no podía hacer por ellos. Ahora asistimos al anuncio de lo que el Ejecutivo denomina “ampliación del Programa Progresar”. Las consideraciones que hice respecto de los jóvenes “ni-ni” en la nota mencionada tienen, para mí, todo su valor hoy. Las que corresponden al Programa Progresar también. Aumentar los montos de las asignaciones y ampliar el mapa de donde provienen estos jóvenes puede ser aliviante para algunos, pero no cambia en nada su condición íntima de excluidos, de desamparados. Quedar a la intemperie de la cobertura simbólica es el peor de los desamparos si apostamos a cambios sociales verdaderos.
Quiero referirme, entonces, a la cobertura del progresismo populista, la que deja en pie al Padre -o a la Madre-, al Otro que da porque dice querer nuestro Bien, pero que deja en la oscuridad un detalle: ese Bien concierne a derechos, garantizados por la Constitución, deuda de siempre que no se salda con dádivas. El progresismo populista, el que ahora nos gobierna, arma un escenario dividido por una falsa oposición entre “ellos” y “nosotros” que apunta a rescatar de su descomposición al actual sistema representativo democrático. El populismo es hoy el arma más eficaz del capitalismo y así fue que logró reubicarse, cual Ave Fénix, luego del bendito cataclismo del 2001/02, durante el cual asomaron las experiencias de la Autonomía, polo definido de cuestionamiento al sistema de representación tradicional.
Se trató, en aquellas experiencias, de recobrar la consideración de los problemas, la posesión de las calles, el lazo amigable con el vecino, el debate apasionado, la conciencia de ser sujetos que saben que su hacer puede tener consecuencias y que creen posible ser artífices -por lo tanto- de los cambios buscados. Este es el verdadero “ellos” que la democracia actual no tolera albergar, pues no puede desplegarse sin desembocar en su cuestionamiento, sin pretender ir por más, en el sentido de tomar en sus manos un destino, no un más de limosnas. Hay construcciones, hoy, que continúan desplegando toda esa potencia. Vale, al respecto, volver sobre los artículos que, en El Psicoanalítico, publica nuestro compañero Germán Ciari, acerca de los movimientos que defienden, en nuestro territorio y en otros, el derecho al agua, a la tierra, a formas libertarias de vida. Recomiendo, especialmente, el ciclo América Latina Piensa (La cuestión del desarrollo). Se trata de experiencias que desplazan a los participantes, desde un lugar de objetos, y los elevan a la condición de sujetos.
Ayer, al pasar junto a la Casa Rosada, se me dibujó un cuadro que motivó esta nota. En el piso yace descuartizado el monumento a Colón, el que nos fuera obsequiado por la colectividad inmigrante italiana en ocasión del Centenario de la Revolución de Mayo. Se lo ha destruido para desplazarlo -aunque sea un movimiento dificultoso, casi imposible- y colocar, en su lugar, a Juana Azurduy. El gesto es todo un símbolo: desplazamos victoriosamente al ícono de la conquista sanguinaria que nos esquilmó y entronamos a una luchadora de la liberación. El progresismo populista se mueve con gestos grandilocuentes y luego, entre bambalinas, acuerda de la peor manera con los opresores. Así, le paga con creces a Repsol -a pesar del robo y el envenenamiento que esta empresa ha operado sobre los territorios originarios de los Mapuches, por ejemplo; o regala los recursos a las mineras en la cordillera; o da vía libre al fracking, a pesar de todo lo que se sabe ya de sus peligros; o hace acuerdos perdidosos con los chinos que ponen en jaque una inmensa porción de territorio. Sólo cito una muestra mínima de lo que está sucediendo. Eso sí: decimos NO al Monumento a Colón, aunque para ello destruyamos parte del patrimonio cultural.
Félix Díaz, cacique de la Comunidad Qom La Primavera, acampó cerca de la Rosada en más de una oportunidad, pero no pudo entrar. El progresismo populista no lo reconoce, no lo recibe. Alienta a fervientes y serviles punteros, fomenta la división en el seno de la Comunidad. Pero los Qom tienen clara la diferencia entre el puntero y el compañero que designan para que lleve adelante sus reclamos junto con ellos. Insisten, luchan por lo que consideran su derecho. Lamentablemente, ellos - Pueblos Originarios-, ellos -Qom-, finalmente, reciben el mismo tratamiento que Colón. La verdad asoma en lugares inesperados. ¡Sorprendentes paradojas del progresismo populista!
Referencias
“(…) que nos coloca – no porque lo digamos nosotros, sino porque lo dicen organismos internacionales – a la vanguardia en materia de combate del desempleo juvenil. ¿Y cómo lo combatimos? Permitiéndoles a los chicos estudiar, que es la mejor manera, la mejor herramienta para que puedan avanzar.”
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“La verdad que además queremos aumentar la cuota para los sectores que ya lo tenían (…) nosotros queríamos más chicos estudiando, más chicos con cobertura (…) Esto es universalizar una política porque ya no solamente queremos que los chicos jóvenes de escasos recursos estudien, queremos que estudien y se preparen todos.
Palabras de la Presidenta de la Argentina en la presentación de la ampliación del programa PROGRESAR 2015
Jueves 12 de Marzo del 2015
“Yo quiero que todos los jóvenes de mi país, de nuestro país, puedan estudiar. Dios mío, que tengan la suerte de tener un trabajo y educación. Lo que pasa es que sabemos que cada vez va a ser más difícil conseguir trabajo si no tenemos educación. Por eso es necesario seguir teniendo a la educación como uno de los pilares fundantes de este proyecto político.”
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“(…) quiero preguntarles a todos los argentinos, aún a los que no me quieren, cómo estaban en el 2003 y cómo están ahora. Y les digo que como seguro no nos van a votar y van a votar a cualquier otro, pese a todo lo que ganaron, asegúrense que ese que voten, les pueda seguir dando las mismas cosas que ganaron en estos 12 años.”
Palabras de la Presidenta de Argentina a los militantes, luego de la presentación de la ampliación del programa Progresar 2015
Jueves 12 de Marzo del 2015
(En todos los casos las itálicas son mías)
Cristóbal Colón, víctima de la batalla cultural
YPF, la estatización, los buitres, el antiimperialismo y el verso K
Los perversos versos de la mineria, M. Svampa (Voces de Alerta)
El desierto perpetuo que deja el fracking
Mitos y omisiones de los defensores del fracking
Comunidad Potae Napocna Navogoh (La Primavera)
RESISTENCIA QOM La tierra es nuestra Vida. Comunicación.
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